jueves, 27 de marzo de 2014

participa en mereik

  Con la intención de mantener el flujo de cosas positivas que llegan a mi, que le puedan seguir sirviendo a otros para crecer y ser felices creé este blog (mereik) aquí tocaremos los siguientes temas: meditación, reiki u otras terapias alternativas que nos ayudan en el día a día.
Se publicará periódicamente meditaciones y artículos de interés sobre los temas anteriormente citados.
si eres terapeuta y te gustaría colaborar, puedes enviarme un artículo a mi mail:
miguelbarraza2015 (arroba) gmail.com
y con gusto lo publicaré.
o bien contactarme por algunas de las redes sociales siguientes:
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juntos podemos lograr un espacio colaborativo y un recurso de lectura.

Gracias.
que el universo llene de luz sus días.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Ser felices

  Sentirnos bien, ése es nuestro propósito desde que nos levantamos por la mañana hasta la última hora de día. Pero muchas veces piensas que no lo puedes lograr porque algo o alguien han interferido en tu intención. Y haz dado en la tecla justa…Si hoy no has logrado sentirte bien, es porque alguien no lo permitió: ¡tú!.

 Respira… Otra vez...
Debemos entender que nuestro sistema emocional no reacciona a lo que ve, sino a los pensamientos. Cuando perdemos la paz, no es por lo que vimos o experimentamos, sino por lo que pensamos de esa persona o experiencia. Es decir, lo que hoy te desconectó del bienestar no fue una persona, sino lo que tú pensaste de ella; no fue esa situación, sino la manera en que decidiste verla. Sin saberlo, al unirte a un pensamiento de dolor, miedo, rencor, defensa,
etc... con lo que tenías frente a ti, elegiste perder la paz.

  Ahora lo sabemos y eso nos hace responsables: nuestro bienestar depende de nosotros y
 nadie más. Si tenemos pensamientos hacia una persona o una situación donde no haya amor, comprensión o tolerancia, no tendremos bienestar. La buena noticia es que sólo un cambio de pensamiento de nuestra parte será suficiente para recuperar la paz. Elegir el pensamiento más amoroso que podamos tener en éste momento, a cerca de algo o alguien, es todo lo que debemos hacer para conquistar el máximo de nuestros propósitos: vivir en paz.

  Cada vez que digo que el poder reside en nosotros, es exactamente eso lo que quiero expresar. Y lo diré de otra manera: nadie tiene el poder en tu vida excepto tú. El poder de ser feliz o no, de amar o no, de sentirte bien o mal. Y usarlo o prestarlo, también depende de ti. ¿Te animas? La formula es simple: mientras más amor podamos dar, más cerca estaremos de lograr aquello para lo que tanto tiempo, esfuerzo y dinero hemos invertido hasta hoy: ¡ser felices!

martes, 25 de marzo de 2014

El estado del alma determina la salud

Ghislaine Lanctôt: “El estado del alma determina la salud”
“Siempre hay un conflicto a raíz de una enfermedad, pero si yo identifico el conflicto y lo soluciono, la enfermedad se va.”

Desde que Ghislaine publicó su primera obra en la que pone en tela de juicio el funcionamiento del sistema médico –por ocuparse de la enfermedad, más que de la salud–, muchas conciencias han quedado inquietas. Para avivar estos temas, la autora, que transmite paz y seguridad, nos ha concedido un poco de su tiempo para compartir con los lectores su filosofía de vida.
Ghislaine Saint-Pierre Lanctôt nació en 1941, su padre y su abuelo eran farmacéuticos y ella empezó la carrera de Medicina para complacerles. «Yo quería ser filósofa. Pero creía que lo de pensar no iba a aportarle nada a la gente. Pensé, voy a hacer algo útil, que beneficie a la población, y como me crié en este ambiente decidí hacer la carrera de Medicina. Al final he dejado todo eso y lo que hago ahora es lo que quería hacer desde el principio».
Guislaine está divorciada y tiene cuatro hijos. «Lo que a mí me abrió los ojos –continúa la escritora– fue mi divorcio. Es lo que me despertó. Cuando los niños se marchaban a casa de su padre tenía tiempo para mí, no sabía lo que era eso, me había olvidado de mí misma. Yo trabajaba pero me ocupaba mucho de la familia, para mí era la prioridad. Entonces, como un fin de semana de cada dos, no tenía a los niños, estaba obligada a ocuparme de mí misma y es así como empecé a evolucionar, a conocer gente y a descubrir cosas, a salir de la prisión de la familia. Después de esto, viví seis años en Estados Unidos. Yo nací en Montreal (Canadá), pero entre 1984 y 1990 estuve en Estados Unidos. Esta experiencia me abrió los ojos sobre lo que es el negocio de la medicina porque es así como lo llaman allí. En Europa y en Canadá hacen creer que es como trabajar por el bien del enfermo, que es un tema social. A la vuelta de Estados Unidos, escribí La mafia médica cuya primera edición se publicó en 1994».
El colegio médico le puso una demanda, el proceso duró un año y desde entonces la escritora imparte seminarios para que la gente entienda y tome conciencia de que es el estado del alma lo que determina la salud mental. «Cómo mejorar el estado de mi alma para mejorar el estado de mi cuerpo», dice Ghislaine.
Su visión actual de la salud es completamente distinta a cuando era médico ¿En qué momento y por qué dio usted un giro radical a su carrera?
A lo largo de los años empecé a ver cosas que no me parecían sensatas, que no tenían lógica, como por ejemplo, seguir dando medicamentos aunque no funcionaran, aunque no se curara la persona. Yo no entendía, por ejemplo, como en un cáncer se aplicaba la quimioterapia si lo que hace es enfermar aún más a la persona que acaba por morirse de todos modos.
Cuando aparecieron las medicinas suaves pensé que eso era interesante, y yo he ido a encontrarme con personas que practicaban la medicina alternativa y entonces me di cuenta de que lo que hacían era muy interesante, incluso mejor que lo que hacíamos nosotros en la medicina convencional. Esas personas me acogieron, me mostraron lo que hacían, cómo actuaban. Y yo pensé: ¿por qué no nos han enseñado esto a los demás médicos? ¿Cómo puede ser que no lo enseñen en la facultad y que además a estas personas las tachen de charlatanes y de estafadores? Yo me encontré con ellos y vi que eso no era cierto, no eran charlatanes. Así fue como me empecé a plantear cosas. Cuando acabé la carrera de medicina yo estaba convencida de que hacia el año 2.000 ya no habría más enfermedad en el mundo, tenía una confianza ciega en la medicina que me habían enseñado. Sin embargo, veía que el tiempo pasaba y que la salud de las personas iba empeorando. Me percaté también de que medicamentos que no funcionan se siguen recetando, y que se practicaba una guerra en contra de las medicinas alternativas. Además, yo era flebóloga y había abierto centros de flebología en distintos lugares del país, lo que me llevó a experimentar de cerca el negocio de la medicina tradicional. Y ahí sí que entendí muchas cosas.
¿Qué papel juegan para usted las medicinas alternativas?
Las medicinas alternativas producen un bienestar más interesante que el que proporciona la medicina convencional. La medicina convencional corta, quema y envenena. Corta con las operaciones, envenena con la quimio y con los rayos. Las medicinas suaves pueden poner orden de forma temporal en el cuerpo, pero como el problema está en el alma, antes o después habrá que afrontar el problema del alma.
Es el alma quien enferma a los demás cuerpos. Por ejemplo: mi trabajo ya no me conviene, tengo náuseas por la mañana cuando pienso que tengo que ir a trabajar, entonces empieza a dolerme la espalda, las rodillas, el estómago. Puedo ir a ver a alguien que practique la medicina suave, va a ayudar a mi cuerpo, puedo tener tratamientos de técnicas energéticas que ayuden a mi cuerpo emocional y mental; pero hasta que no solucione lo que pasa con mi trabajo voy a seguir enfermando porque mi alma me dice «sal de ahí». Es interesante, porque el alma entrega un mensaje cada vez más fuerte y cuando no lo entiendes “te lanza un ladrillo a la cabeza”: un accidente en auto, un divorcio, alguien que muere en la familia, una enfermedad, perder el trabajo… Algo fuerte para que tú reacciones.
Desde su punto de vista como «médica del alma» ¿cree que hay alguna solución a este tipo de enfermedades?
Nunca es demasiado tarde, la sanación puede ocurrir en cualquier momento.
¿A usted le va bien esta filosofía de vida?
A mucha gente le funciona, no sólo a mí. No es el médico el que puede sanarme.
Cada vez hay más casos de cáncer cuyos enfermos reciben quimioterapia. ¿No cree que en algunos casos la quimioterapia cura?
La quimioterapia es veneno. Normalmente no hace bien a nadie. Hay que saber que hay siempre un conflicto, cualquier enfermedad es psicosomática. Siempre hay un conflicto a raíz de una enfermedad, pero si yo identifico el conflicto y lo soluciono, la enfermedad se va. Así entendí que la medicina está totalmente controlada por el dinero. Entonces, lo que nosotros hacíamos como médicos era enfermar más a las personas para así generar ganancias para la industria. Entonces, ¿qué es la salud? En la facultad sólo me enseñaron lo que es la enfermedad. Entonces, ¿qué es gozar de buena salud? Yo llegué a la conclusión de que el cuerpo sólo manifiesta el estado del alma. Y cuando mi cuerpo está enfermo es porque mi alma está enferma. Entonces el cuerpo por sí solo no enferma, es como un espejo que refleja lo que pasa dentro. Para ver mi alma, miro mi cuerpo y veo lo que hay en mi alma. Entonces no sirve de nada tratar sólo el cuerpo. Hay que mirar el alma, ¿qué es lo que no funciona en el alma, cuál es la enfermedad del alma? Es la guerra. Porque mi alma me dice internamente que haga algo y mi ego me dice que haga lo contrario. Entonces hay una guerra interna. La enfermedad es siempre la manifestación de un conflicto dentro de mí. Hay dos aspectos: el cuerpo y el alma. ¿Qué quiere el alma? El alma quiere la emancipación del Ser y el cuerpo quiere la seguridad del haber, del tener. Cada uno tira por un lado, el estrés significa la guerra interior. Cuando trato el alma, todo el cuerpo se alinea sobre este equilibrio. No quiero decir que no haya que cuidar el cuerpo físico, sino hacer las cosas en el orden correcto. Primero el alma, después el cuerpo mental, después el cuerpo emocional y después el cuerpo físico. Y lo solemos hacer al revés. La medicina convencional se encarga del cuerpo físico, y no trata el resto.
¿No cree que la propia sociedad demanda que el médico se ocupe del cuerpo físico y le dé una medicina para el dolor?
La sociedad misma, nosotros somos los que creamos esta mafia a nuestra imagen y semejanza. El problema es que damos prioridad al «tener» sobre el «ser», ése es el desorden, priorizar el cuerpo en vez del alma. Para volver al orden hay que dar prioridad al alma en lugar de otorgársela al cuerpo, eso genera orden, paz y salud.
Eso es mucho más complicado que tomarse una pastilla…
Cierto, pero ¿qué hace una pastilla? Te da la ilusión de que estarás mejor, pero con el tiempo reaparecen los síntomas.
En el caso de la malaria, por ejemplo, alguien sano se enferma por beber agua contaminada, ¿también en este caso insiste en su teoría?
Esto es válido para todo. No hay ningún microbio exterior que haga enfermar, soy yo la creadora de mis enfermedades. Y ésta es la verdadera enfermedad del alma, el no saber que soy yo quien la está creando. Como yo pienso que no soy responsable, me imagino creadores exteriores: microbios, tumores, etc. Con esta estructura de pensamiento voy generando la guerra hacia los factores exteriores. Y por eso se crearon las vacunas. ¿Qué son las vacunas? Dar la enfermedad de forma más debilitada para que el cuerpo reaccione. Es decir, no tengo la enfermedad pero si algún día la contraigo, sería menos grave porque ya me he puesto la vacuna. Es algo de locos. Vivir en el desorden lleva a este tipo de locuras.
Pandemias y el control mundial
Cerca de donde vivo había una experta muy seria que vino de parte de las autoridades médicas y nos ha dado cifras: en el plazo de nueve años se murieron cerca de 152 personas de gripe aviar en el mundo, solo en Canadá mueren cada año 10.000 personas por errores médicos, no de enfermedad sino de equivocaciones. ¡Yo creo que más bien habría que vacunar a los médicos!
Toma el caso de la pandemia por el virus N1H1. Nunca hubo epidemia, nunca hubo nada. Entonces se creó una pandemia a escala mundial, en la cual se gastaron millones de dólares para tratarla pero no hubo nada. Esto está en preparación desde hace muchos años. Ahora llevamos cinco años oyendo hablar de una nueva pandemia. ¿Cómo se puede anunciar que va a haber una pandemia? Una epidemia surge, ocurre, pero no la puedo prever, es un montaje. Es una forma de manipulación mental para llevarles a pensar que va a ocurrir una epidemia. Y un día, cuando ocurra, las autoridades dirán que ya lo habían previsto. Es algo que está preparado desde hace mucho tiempo, hay un proceso escondido detrás de esto. Yo no sé exactamente lo que es, puede ser, por ejemplo, ponerle a todo el mundo un chip electrónico porque cuando hay una campaña de vacunación se puede poner cualquier cosa en la jeringa. Así que es posible que haya una estrategia que consista en decir que hay una epidemia y que hay que vacunar a todo el mundo y entonces pondrían el microchip. Yo estoy segura de que hay algo detrás, un propósito escondido en decir que hay una epidemia y que hay que tener cuidado. Es una hipótesis. De todos modos sea para lo que sea el propósito es el control sobre la población.
¿Tiene todo esto algo que ver con la trilogía de la mentira de que habla en su libro La mafia médica?
Hablo mucho de las vacunas en el libro y lo que yo digo a este respecto en el libro, es lo que desencadenó la ira del colegio médico. Porque las vacunas no se tocan, son sagradas, puedes hablar de cualquier cosa; la industria, los medicamentos… pero cuidado con las vacunas. Porque las vacunas otorgan importantes ganancias a la industria, pero a las personas les puedes transmitir cualquier cosa. La vacuna es un medio para producir genocidios con un blanco específico.
Cuando se quiere distribuir a un pueblo o a una raza, la administran, mira lo que está ocurriendo en África. Ellos lo llaman sida, pero ¿qué significa sida? «Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida». Entonces es el propio sistema inmunitario que se ha debilitado, de modo que cualquier afección es mucho más grave.
¿Quién está detrás de toda esta estrategia?
Los que mandan. Hay un gobierno mundial que tiene todos sus ministerios, para la salud es la OMS, pero también están la UNESCO, UNICEF, FAO, FMI, Banco Mundial, etc. Todos los países miembros de la ONU obedecen las órdenes del gobierno mundial.
¿Ve solución para esta situación?
Sí, sino vamos mal. La solución que yo propongo es la soberanía individual. Es tomar conciencia como persona individual de que soy yo la que tiene el verdadero poder. Por ejemplo, los McDonald’s, cuando la gente deja de ir a estos restaurantes. Si yo dejo de comprar y de dar dinero a las multinacionales ya no valen nada, no ganan dinero. Si los enfermos dejan de ir al médico, se derrumba el sistema médico, si dejo de pagar impuestos no hay gobierno. Entonces ¿dónde está el verdadero poder?, en la persona y la palabra soberanía, significa el poder último, el más alto, que siempre hemos pensado que estaba fuera y está dentro de nosotros.
Si pensamos en el poder más elevado, pensamos en Dios. Y ¿qué es Dios? Es el espíritu que crea todo el universo y esto está dentro de uno, no fuera. La solución viene cuando yo tomo conciencia de quién soy verdaderamente y que voy a comportarme tal y como yo soy, encontraremos la salud perfecta y la inmortalidad, que es más interesante que morir ¿no?
Y ¿Cuál es el primer paso que debemos dar?
Si voy buscando el amor exterior, sufro. Si vivo con amor por mí, enfocado hacia mi interior, no por miedo de lo que la gente pueda pensar de mí, mi salud mejora.
Por ejemplo, toco aquí y siento un bulto en el pecho. Tengo dos posibilidades o me quedo aquí quieta y no hago nada, o me voy corriendo al médico. Si voy al médico me va a decir que tengo un cáncer. En la mente está escrito «Cáncer igual a muerte». Entonces si yo he sentido miedo y he ido al médico, el doctor me ha asustado aún más y me recomienda quimioterapia. A mí eso no me agrada porque la gente que conozco que se la ha hecho se pone verde, siente náuseas, no tiene pelo y tienen un estado muy debilitado y triste. Entonces cada vez tengo más miedo, cada vez estoy más enferma y cada vez me acerco más a la muerte.
Eso ocurre si tomo la opción del médico. En el otro caso mi cuerpo me muestra que hay un conflicto interno, el bulto en este pecho es un regalo que me hago a mí misma, no quiero quitármelo, es mi espejo el que me está indicando algo. Le voy a decir al bulto: ¿qué tienes que decirme?, háblame. Gracias por manifestarte. Te escucho, háblame de mi conflicto. Entonces yo digo a mi alma: te dejo libre. Voy a vivir y sentir el miedo a morir. De esta forma yo puedo sanar definitivamente, no una remisión temporal si no una verdadera sanación.
Por ejemplo, ¿qué es un divorcio? Una ruptura. Algo me dice: «no, no te tienes que divorciar, quédate junto a esa persona» y algo me dice: “no, ya se acabó”. Actualmente hay más divorcios porque la conciencia se eleva y la gente hace más caso a sus sentimientos. El divorcio y dejar un trabajo no son buenas opciones para la seguridad del haber. Hay cada vez más personas que dejan carreras brillantes porque ya no le encuentran sentido a lo que hacen. Es normal porque la conciencia se eleva.
Si no hago caso a mi alma y sigo en ese trabajo me enfermo y cuando voy al médico me manda antidepresivos. ¿Y qué son los antidepresivos? Son drogas que hacen que yo ya no sienta nada. «Mi trabajo está bien, seguiré con él». Con ayuda de estas pastillas soy efectivo y puedo seguir pagando el dividendo.
Algo que causa mucho estrés es el endeudamiento de las familias. Una manera de sanarse es salir de este sistema de endeudamiento porque supone esclavitud. Es la «simplicidad voluntaria», es un movimiento social de gente que lo adopta deliberadamente, de forma que las necesidades materiales dejan de ser la prioridad en mi vida y más bien es el alma lo prioritario. La «simplicidad voluntaria» consiste en reducir las necesidades materiales. Por ejemplo si tengo una casa grande con un dividendo muy elevado, un autazo que haga juego con la casa, hijos que visten de marca, van a un colegio privado, etc. Todo eso cuesta dinero y tengo que seguir trabajando, pero ya no me gusta mi trabajo y ahí estoy preso… y eso es un estrés tremendo. La persona piensa que no tiene salida: «si dejo mi trabajo ya no seré capaz de ofrecer caprichos a mis hijos, perderé a mis amigos “bien”, mi prestigio, mi mujer, reputación…» No se puede imaginar la vida sin nada de eso, pero es posible. Vendo la casa, vendo el auto, vamos a una casa más pequeña, los niños dejan de ir al colegio tan caro y se les manda a uno normal y así tengo tiempo para mi alma. Eso es realmente la salud, esas cosas de la vida cotidiana son las que hacen que mi salud esté mejor o peor.
Usted demostró ser muy valiente cuando escribió el libro La mafia médica, que le costó la expulsión del colegio de médico, supongo que vivió un conflicto importante. ¿Cómo se decidió a dar el paso?
Yo sabía que publicando ese libro se acababa para mí la carrera de medicina. Yo me acuerdo de ese momento y me dije: «Si no escribo este libro, me muero». Quizás no hubiera muerto rápidamente, pero sí a nivel del alma. No fue tan difícil, más difícil fue dejar mi papel de «buena madre».
¿A qué se refiere?
Mis niños ya no lo son, ya no soy madre. Tuve que dejar de preocuparme por mis hijos. Un pasaje importante fue que mi casa ya no era más su casa. Yo tengo dos hijas y cada una de ellas había dejado en mi casa dos tazas para el desayuno. Hace más de un año llegó una amiga y me ofreció dos tazones, no tenía sitio para ponerlas todas y decidí quitar las tazas de mis hijas. ¡Eso fue tremendo! Era un símbolo del vínculo con mis hijas y se trataba de cortar ese tipo de lazos. Entonces una dijo que “vale” y la otra dijo que “ni hablar” y volvió a colocar la taza en su sitio. Yo le dije: «pues tú haz lo que quieras, pero yo ya he hecho lo que tenía que hacer».
El desapego, entonces, ¿tiene que ver con conseguir una buena salud?
Sí, cuando estoy apegada a algo es que tengo miedo de perderlo y si tengo muchos apegos no puedo avanzar. Con mi libro La mafia médica todo se fue: el título de médica, la profesión… Cada uno tenemos cargas y apegos distintos.

Fuente: Revista Natural.
autora: Marta Gómez Esteban
enviado por: Elisabet Neto

viernes, 21 de marzo de 2014

Siempre hay un día más

Siempre hay un día más,
cuando todo parece no tener solución, cuando más preocupados estamos, siempre hay un día más.
Cuando nos olvidamos del canto
de los pájaros, del azul del cielo
y sus estrellas, de la sonrisa de los niños,
siempre hay un día más.
Sin darnos cuenta el tiempo va pasando y junto con él cosas bellas que no apreciamos, es irónico,
no tenemos tiempo para disfrutar de las cosas bellas de la vida, sin embargo ellas están ahí esperando
ser apreciadas,
ellas tienen todo el tiempo del mundo, ellas no mienten,
no traicionan, siempre están ahí para cuando nos decidamos a tomarlas.
Siempre hay un día más, un día más para el amor, un día más para la fe, un día más para la felicidad, siempre están ahí esperando,
cuando más derrotados estamos, sentimos que estamos solos, creemos que nadie entiende nuestro dolor, que nadie comprende nuestros
sentimientos, que no hay solución a nuestros problemas;
nos olvidamos de que siempre hay un día más, hay un día más para cambiar las cosas, un día más para encontrar la cura a nuestro
dolor, a nuestro sufrimiento, un día más para cambiar el curso
de nuestra vida.
No estás solo,
abre tus ojos y ve a tu alrededor, tal vez hay alguien que esta sufriendo más que tú, tal vez hay alguien que necesita de ti y no te
das cuenta, tal vez ni siquiera estás sufriendo,
párate y sal y trata de aprovechar un día más,
y nunca olvides que siempre
hay un día más... para cambiar.

jueves, 20 de marzo de 2014

¿Qué se siente durante un tratamiento de reiki?

  Un tratamiento de Reiki consiste en canalizar energía tanto hacia un lugar específico donde existe un problema como al cuerpo entero de una persona, dependiendo de la dolencia y el tipo de tratamiento.
La mayoría de los tratamientos se hacen con el paciente acostado, y si es necesario, cubierto con una manta. El practicante coloca sus manos suavemente sobre la zona afectada, o en el caso de un tratamiento completo, en todo el cuerpo empezando por la cabeza y terminando en los pies. Cada posición de las manos es mantenida durante unos minutos sobre los chakras o centros energéticos principales. El paciente siempre está vestido, y las posiciones de las manos son siempre sobre zonas que no vulneran la intimidad de la persona.
Se suele dar el tratamiento en una habitación con luz tenue, música relajante e incienso y velas. El practicante invita el paciente a relajarse, a concentrarse en su respiración y a meditar, si el paciente tiene práctica en ello.
Durante un tratamiento, sentirás una profunda relajación. Muchas personas se quedan dormidas, cosa que no influye para nada el resultado final. A veces, sentirás un "cosquilleo", calor o frío en diferentes partes del cuerpo según la energía fluye a través de tu cuerpo. Otras personas ven colores, experimentan una sensación de "flotar" o sienten emociones que salen a la superficie.
Las zonas donde se te aplica el Reiki (donde suelen estar las manos del practicante) pueden sentir o mucho calor o mucho frío durante el tiempo que las manos están presentes en esa parte del cuerpo. A veces sentirás como se tensan y relajan los músculos en la zona afectada. Simplemente es otra forma que tiene el cuerpo de ayudar a que fluya la energía.
Muchas persona notan un calor o un cosquilleo en la corona de la cabeza. Esto es debido a que la energía entra por el "chakra" corona, el centro energético que nos conecta con la Energía Universal.
Durante la sesión, la energía fluirá dentro de ti, equilibrando tu sistema energético, soltando tensiones y estrés, aliviando dolores y activando la capacidad del cuerpo para sanarse.
Aunque Reiki es muy eficaz, no es una "cura milagrosa" y sus efectos son acumulativos. Para realmente notar los resultados, se recomienda una serie de tratamientos de 4 sesiones. En la mayoría de los casos ese numero de sesiones es suficiente para solucionar problemas de estrés, tensión, ansiedad, insomnio y problemas emocionales. Problemas físicos a lo mejor necesitan más, pero no necesariamente.
Generalmente, Reiki produce cambios beneficiosos a largo plazo, por lo cuál no hace falta repetidas e interminables sesiones, ¡aunque a mucha gente les gusta tanto que lo hacen de todos modos!
Sea cual sea tu dolencia, el efecto general de Reiki crea una sensación de paz y tranquilidad. Te sientes en condiciones para afrontar la vida y sus desafíos. Aumenta tu energía y tus ánimos, dándote un punto de vista más positivo sobre la vida. Situaciones anteriores de estrés parecen no preocuparte como antaño.
Para solicitar un tratamiento o una sesión pueden contactarme:
email: miguelbarraza2015 @gmail.com
facebook: www.facebook.com/barrazamiguel
twitter: @barrazamiguel

miércoles, 19 de marzo de 2014

El poder de las palabras

  Sin darnos cuenta usamos palabras, duras e hirientes. Palabras que pueden afectar o herir susceptibilidades y que muchas veces no es realmente lo que quisiéramos decir.
Debemos pensar antes de soltar la lengua para evitar que salga toda la agresividad y la acidez que hay en nuestro interior y hagamos daño a las personas que nos rodean.
Seguramente se puede decir lo mismo de manera que no dañe y así nos evitaremos muchos problemas, como ocurrió en este relato:
Todo depende...:
Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Al despertar, después de comprobar que el sueño no se había cumplido, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.
–¡Qué desgracia mi Señor! Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad. Exclamó el sabio. –¡Qué insolencia! ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! Gritó el Sultán enfurecido y a continuación llamó a la guardia y ordenó que le dieran cien latigazos al sabio.
Más tarde ordenó que llamaran a otro sabio y le contó lo que había soñado.Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo: –¡Oh, gran Señor! Una gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos tus parientes. Se iluminó el semblante del Sultán y con una gran sonrisa, ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:–¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.–Amigo mío, todo depende de la forma en que transmitimos las cosas.

Uno de los grandes problemas de la humanidad es que no sabemos comunicarnos. De la comunicación depende muchas veces, si disfrutamos la vida o caemos en desgracia, incluso la paz o la guerra, dependen de la habilidad como transmitimos las palabras.
La comunicación puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la entregamos será aceptada con agrado.

lunes, 17 de marzo de 2014

La felicidad

La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor, sino de lo que pasa dentro de nosotros.
La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los problemas de la vida.
La felicidad es un asunto de valentía; es tan fácil sentirse deprimido y desesperado.
La felicidad es un estado de la mente. No somos felices en tanto no decidamos serlo.
La felicidad no consiste en hacer siempre lo que queramos; pero sí en querer todo lo que hagamos.
La felicidad nace de poner nuestro corazón en nuestro trabajo, y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad no tiene recetas; cada quien la cocina con el sazón de su propia meditación.
La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida.

Tener éxito es lograr lo que quieres. Ser feliz es querer lo que logras.

Seamos felices y podemos sentir que nuestra vida es exitosa.